martes, 9 de julio de 2024

CÓNICA DEL MARTES 9 DE JULIO

 El trabajo de campo en el yacimiento de Vallazmorra II avanza casi ininterrumpidamente, después de cuatro días de continua labor. Esta mañana, sin embargo, ha sido dedicada a grabar con la Unidad de Cultura Científica de la Universidad de Burgos, con el objetivo de grabar un vídeo a utilizar en una próxima exposición en Burgos (se informará más adelante sobre la misma) que requirió la intervención del Director del Museo de Dinosaurios, Fidel Torcida, y la conservadora-restauradora, Caterine Arias.



 La grabación se inició en el museo y a mediodía se ha completado en plenos trabajos de excavación en el yacimiento. La curiosidad por esta labor ha llegado también a los ojos de una familia con jóvenes entusiastas (quién sabe si futuros paleontólogos). Se les ha dedicado una sencilla pero completa charla a la entrada del yacimiento en la que se ha detallado escuetamente quiénes somos, qué buscamos, qué hemos encontrado y cómo trabajamos. En este sentido tenemos que indicar que las características del yacimiento no han facilitado la organización de visitas del público a las excavaciones. 



Y es que este exhaustivo trabajo sólo puede llevarse a cabo por figuras tan inspiradoras como nuestro viejo amigo Yuri Pável, arqueólogo mejicano que ya atravesó el Atlántico para trabajar con nosotros por primera vez en 2017, en Torrelara. Y en lo referido tanto a las primeras excavaciones de 2007, pasando por la prospección de abril del pasado año y llegando a la intervención actual, éstas han permitido la localización de los fósiles encajados en una capa de marga gris. 



Hasta la fecha, dientes de cocodrilos, múltiples huesos de dinosaurios y moldes de bivalvos y gasterópodos reflejan una diversa fauna que habitaba un ambiente continental inundado en el Cretácico Inferior (hace 120 millones de años aprox.) Merecen una destacada mención los numerosos restos vegetales que hemos hallado, entre los que se incluyen ramas y troncos carbonizados. 


Curiosamente, es posible que esta carbonización se hubiera debido a incendios previos a la fosilización de estos restos. En conjunto, se está empezando a dar a conocer otro de tantos escenarios mesozoicos, en este caso bajo un clima tropical y en un ambiente muy húmedo, que esconde la comarca burgalesa de la Sierra de la Demanda.