domingo, 21 de julio de 2024

SOL, MOMIAS Y MUCHOS FÓSILES

La mañana es fresca. Los excavadores se preparan para un día más de trabajo en el yacimiento. Como todos los días, los grupos abordan las furgonetas que los llevarán al sitio. Se nota cansancio en las rostros de los excavadores. Sus cuerpos están quemados por el sol y su piel reseca, como si se tratase de una expedición en el mismísimo desierto. Pero el ánimo no decae y, de esa misma forma, se nota el entusiasmo por continuar.

Los integrantes toman sus puestos de trabajo en el yacimiento. Cada frente es minuciosamente trabajado.

La mesa de registro está siempre atenta al material extraído que, con rapidez, los encargados registran y embalan. 

En el área de excavación preparan los bloques que contienen fósiles que son preparados con la técnica llamada “momia”. Extraen la roca alrededor de los fósiles con mucho cuidado de no dañarlos y dejar literalmente un pequeño pastel de tierra listo para ser retirado. 

Todo el trabajo es documentado digitalmente y es labor de los fotógrafos, que buscan los mejores ángulos para realizar sus tomas en los procesos de excavación y extracción de fósiles.

No muy lejos del yacimiento principal, en dirección noreste, un par de excavadores se encargan de extraer un fósil que fue visado durante los trabajos de prospección. Alejados del resto del equipo, trabajan bajo el arduo sol, sin importarles más que recuperar el fósil. 

Los accidentes ocurren en cualquier oficio y no es la excepción en la excavación. La caída de uno de los integrantes fue rápidamente atendida sin mayor riesgo. 

De esta manera, a pocos días de concluir la excavación, el ritmo de trabajo no decae y sigue como al principio, pese al clima, polvo o otros contratiempos. Se pretende acabar de la mejor manera extrayendo la mayor cantidad de fósiles posible. 


Crónica realizada por Yuri Pavel