jueves, 18 de julio de 2024

LA QUINTA MARCHA

“Stay fo-cused on your goal”. Hoy, la camiseta sin mangas de Pablo (hace mucho calor y el termómetro alcanza los 30 grados en el yacimiento de la Yecla) nos deja claro el mensaje: “Mantente firme hacia tu objetivo”. Y es que la campaña de excavaciones enfila hacia su recta final, los trabajos de descubrimiento y extracción de fósiles de dinosaurios se aceleran y hay que meter la quinta marcha. Pero con cabeza, que el calor y el cansancio que se acumula, tras doce días ya de mover tierra, no nuble nuestro objetivo.

Fotografiamos cada mañana minuciosamente cada palmo del yacimiento para documentar la situación y el punto exactos en el que aparece cada pieza, gracias a la constancia y buen hacer de Juan Pedro (JP) y Denia. 

Los fósiles que van apareciendo son extremadamente frágiles y, antes de extraerlos, hay que consolidar su estructura con gasa y paraloid, con una brochita muy fina, para optimizar su conservación y posterior estudio. 

A estas alturas de la campaña empezamos a preparar las primeras “momias”, que son el revestimiento adecuado para poder afianzar y trasladar los piezas más grandes al laboratorio del Museo para su restauración, sin que sufran ninguna alteración ni rotura. 

Para realizar una “momia” de protección utilizamos cartón, arena, papel de aluminio y un revestimiento de espuma de poliuretano proyectado, que se deja secar y queda lista para su traslado.

 En las largas horas que se comparten en la excavación desde primera hora de la mañana, hasta el final de la tarde, cercana ya la puesta de sol, no falta el sentido del humor, los debates de los temas más dispares y el intercambio de experiencias y confidencias entre la veintena de participantes en esta excavación, que se desarrolla en una ladera de poco más de 50 metros cuadrados. Rodeados del bosque de sabina albar mejor conservado de Europa donde viven las familias de buitres leonados tan característicos del bello parque de Sabinares del Arlanza- La Yecla.

 Las mañanas silenciosas en este paraje de cuestas suaves rodeados de sabinas, quietud, calma chicha y silencio sólo roto por el canto de las chicharras, suelen ser el momento más dulce de la jornada. Afortunadamente, contamos con el apoyo de un aljibe de agua y un gran toldo de camuflaje que nos da sombra, y que proporciona cada año puntualmente el Ejército de Tierra, a quienes agradecemos siempre su leal colaboración. Ah! Y los dos botijos que nos acompañan para calmar la sed. 

 Hoy hemos llegado hasta la sigla 85 que resulta ser un pequeño diente de cocodrilo. Antecedido por una costilla, varios osteodermos y lo que parecen ser unas vértebras articuladas de un individuo aún indeterminado. La “sigla” es el nombre o la identidad que se da a cada pieza que vamos encontrando, sea ésta grande o pequeña. En el argot de los investigadores se denomina también registro y en ella aparecen unas letras con las que se conocerá esta campaña, así como el número de orden en el que se ha encontrado y la fecha. Todo ello queda puntualmente descrito y documentado para facilitar el trabajo de reconstrucción, restauración, descripción, investigación y datación de los fósiles. 

Por cierto, finalizamos la jornada de muy buen humor y con alegría porque, además de los éxitos que ya se auguran en esta campaña, acabamos de conocer que nuestro compañero de Salas de los Infantes, Victor Contreras, -uno de los benjamines pero ya veterano del equipo de excavación- acaba de obtener un 9,7 en su Trabajo de Fin de Grado de Veterinaria, con una investigación detallada sobre las enfermedades que han quedado registradas en  los huesos de tres dinosaurios saurópodos diferentes de la Sierra de la Demanda.  ¡Enhorabuena, querido Victor! Te queremos.

Crónica de Agustina Ureña